Por Emanuel Donati
Hoy es el día en que oímos la serpiente.
La que susurra al oído insinuando el pecado aún no cometido.
Hoy es el día que el árbol nos extendió una rama para
alcanzarnos la manzana.
La que mordimos hoy, y morderemos mañana.
Hoy es el día en que el engaño nos cubre de culpas y nos
llena de ganas.
Hoy intentaremos mil hazañas, que nunca cumpliremos, que
nunca podremos, y así moriremos.
Hoy con pausa, con prisa y con drama.
Hoy ciego, por los suelos y sin calma.
Hoy es el día que el diario me da pronostico nublado.
Hoy es como ayer, pues Dios sigue vivo en aquel santuario.
Esperando de nosotros, no más que un pecado.
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