martes, 21 de febrero de 2012

Volver a arrancar

Por Emanuel Donati


La siesta de una dama que no olvida quien matar.

La pollera de esa señora que no encuentra la sal del viejo y su amar.

Los pechos de una niña que no sabe quien buscar; y cinco peones la esperan atacar.

La idiotez del más fuerte y la ironía inteligente se debaten un lugar.

La fuerza de los milagros que sólo ayudan a soportar, los vacios momentos de un pueblo que llora por no cambiar.

La joven que espera en la ventana, una canción para ser amada.

La mirada de esa abuela que vive en el pasado, sin recordar su lento paso.

Y todas las bicicletas, que giran vivaces de infantes que sueñan en ser algo que jamás lograrán.

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