sábado, 27 de marzo de 2010

La marchita primavera de un mendigo sin razón

Por Emanuel Donati
Esquinas rastreras que desfloran la propia primavera.
Tardes de nada que llenan la falta de vacío.
Agujas que hieren la madre de un mendigo.

Princesas que pasean verdes jardines.
Mitos de antaño que cuentan la historia de un paraíso.
Reyes que no gobiernan sus viejos arlequines.

Quijotes que enfrentan molinos de razón.
Iluministas que peleaban con Locke.
Niños que se escudan en un desquerido corazón.

Palabras que marchitan una emoción.
Anhelos que se desarman con la frustración.
Y diálogos que se rompen ante la mínima turbación.

Falsos gritos que dio el orador.
Falsos oídos que brindo ese pastor.
Triste rebaño que se perdió.

Triste primavera de un mendigo sin razón.

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