domingo, 17 de enero de 2010

De la sandalia y el escarpín

Por Emanuel Donati
La vista, y su ojo. El aroma y su nariz.
Mis sonidos escuchados y sus colores vistos en mí.
La risa y el aburrimiento no dependían de una vida vil.
(La expresión de los sentidos que hicieron lo que soy)

Las angustias con sus llantos y los sabores que de niño escogí.
Los gustos, los caprichos y las explicaciones que jamás entendí.
Ellos armaron su poesía con el abrazo más gentil.
(La construcción de mi psiquismo que hizo lo que soy)

La frialdad es por educación, pero el ardor de un te quiero es parte de una rebelión. ¿Sabrá algún Dios cual será mi poema?
La educante perversión con su ojo sancionador. La loca historia que aún no terminó.

Algunas pocas flores y momentos que me hicieron lo que soy.
Algunas cuantas canciones que ahora desoigo por temor.
Aquel ceño fruncido que llevo con honor, pero que no me pertenece.
Aquella marca en la frente que odio y prevalece.

Los días recordados, con sus ritmos olvidados.
Las imágenes olvidadas con sus compases recordados.
Cuando enfermar es sano y extrañar humano…
Y la fantasía neurótica sobre mi anónimo hermano.

Cuando giro la cabeza y veo lo que soy, no puedo menos que abrillantar mis ojos con los recuerdos de mi niñez; no puedo menos que alegrarme y lamentarme de donde estoy, no puedo menos que ubicar mis pasos para saber donde voy…

2 comentarios:

  1. Annie Hall (AgOs!)18 de enero de 2010, 9:36

    El texto deja de ser puro texto, porque transmite mucho, son palabras con contenido emocional, de esas q hacen marca, muy bueno Ema.

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  2. FALOPEROOOOOOOOOOOOOO COMO TE GUSTAA LA MERCAAAAA

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