He entrado por las puertas del Averno
con mi corazón en la mano.
Sarcásticas palabras se cruzan
con la risa macabra del odio.
- ¿Cuál es tu pecado?
Me pregunta una cabra, roja y con cuernos,
- Amar demasiado, tal vez, a menudo con los ojos vendados.
Ya noto el calor en cada poro de la piel
y el humo, que toma formas
de putas deseosas de mi cuerpo.
Me provoca espasmos de placer.
Bebo la sangre,
que de inyectados ojos
emana a borbotones
mientras lenguas viperinas
rescatan gotas perdidas
en la comisura de mis labios.
La lujuria se apodera
de la poca cordura que me queda.
Orgías de cuero y fustas
manchan de vicio
las sábanas de pulcra virginidad.
- ¿Quieres quedarte Dámaso?
- Sí, el infierno puede ser la mejor morada para mi maltrecho corazón.
DE " LO BUENO DE SER UNA RATA" 2.011
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