domingo, 28 de junio de 2009

¿Evolución? Del mono venimos, al circo vamos

Por Emanuel Donati

Conozco de mis limitaciones y sé que corro un absurdo riesgo al contradecir al viejo Darwin, pero mi presente escrito pretende reflejar una línea evolutiva que se cierra en si misma; formando un circulo. Se que seré juzgado con una vara tan cientificista que apenas acusaré un liviano dolor moral; pero me atreveré a hablar de la repetición, concepto que considero desafiante y que le tira la cola al mono.
Somos hijos de latinos, y vivimos de tal manera que vanagloriamos nuestros antepasados; hacemos barro y damos diariamente más cuerpo a un Aquiles, a un Alejandro Magno, que hoy se han transformado en nuestros políticos. Sus batallas son nuestros estadios de fútbol, cualquier libro de autoayuda es un antiguo testamento, esclavos tenemos de sobra y las antiguas Diosas que representaban a la naturaleza ahora venden fantasías plásticas por mensajes de textos.
Nuestras escuelas siguen siendo para unos pocos, pero “Hijo! sobrevive el más apto”, por tanto estudia inglés así como un pobre romano se perfeccionaba en el idioma helénico. Bowen relata un fragmento de la vida romana del primer siglo post cristo:

“La obra de Quintiliano era un exponente de un enfoque educativo que ya empezaba a ser caduco en ese momento, reflejando ideales de una época más romántica que iba pasando de moda. Roma empezaba a ser una sociedad de consumo, satisfecha y sin grandes complicaciones, ni siquiera intelectuales. Así la filosofía epicúrea adquiere un carácter carituresco: el hedonismo pasa a significar placer inmediato y físico, mientras del estoicismo parece quedar solo la indiferencia y la resignación. Pan y circo es la frase que resume la demanda de una población sin expectativas de superación. De los ideales educativos parece que la formación del orador era lo único valioso salvando la formación en otras artes u oficios. Para otras actividades estaban los manuales, contenían lo suficiente para la escasa demanda del público.”

¿Sociedad capitalista dijo? No nos engañemos; con cuernos o con celulares siempre vamos a llamar al de afuera para que ponga un corcho a la gotera de angustia. Con sandalias o con zapatillas que prometen llevarnos hasta el cielo, pero siempre entramos en escenas que montamos para vivir de la eterna tragedia o la eterna comedia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario